20 de septiembre de 2008

Más de cien mentiras...

Hay días que me pasa aquello de no querer levantarme, pero hay otros que me pasan cosas peores, como no querer hablar, ni sonreir, ni pensar, mucho menos platicar con nadie y, en lugar de ello, cortarme las venas...

Claro, estoy loco pero no pendejo, y por supuesto que no me las cortaré... aunque a veces parezca ser la única solución...

(Ya los veo, subiéndose al púlpito a decir que soy un pobre diablo... pero no se engañen, están peor que yo, nomás que yo sí lo digo... así que bájense.)

La cosa es que cuando uno cree que ya se chamuscó la sopa, llega un salvavidas que lo aliviana...

Y aunque ese salvavidas, al igual que los problemas, se los construye cada uno en su cabeza, siempre me sirve recordar que hay más de cien mentiras para no cortarse las venas...



5 comentarios:

Bruja dijo...

Te contestare antes que el yo incognito me gane.... si decides morir solo te pido dos cositas...

1.- Permiteme estar presente en tu autopsia

2.- Poner en tu epitafio

Quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida verdadera de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades.

erenhern dijo...

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin Embargo seía delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapatería con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas...

Mi otro yo dijo...

Brujis, te doy chande hasta de que escupas en mi tumba... :)

Mi otro yo dijo...

Chance, quise decir...

Mi otro yo dijo...

Sucede que eso me sucede... me canso y así ando, marchito y con cara de cárcel... sobre todo los lunes.