Tengo que hacer una confesión, algo que me pasó durante nuestra llegada al aeropuerto de Madrid, antes de hacer conexión a La Coruña.
No había dicho nada porque, hasta cierto punto, me da un poco de vergüenza hablar de algunos pensamiento que tengo en ciertas ocasiones, como esta… por supuesto, a La Bruja no le comenté nada, hasta ahora que lo confieso en estas líneas.
A veces creo que tengo un problema con ello, porque siempre están ahí esos pensamientos y muchas veces me han llevado a hacer cosas inverosímiles y casi desastrosas… las debilidades del hombre son su peor enemigo.
Resulta que al bajar del avión que nos traía de México, y buscando la dichosa puerta para subirnos al otro, caminamos por el aeropuerto durante varios minutos, cuando de pronto…
La vi. Estaba ahí, esplendorosa. Quedé paralizado, estupefacto… yo sabía que en Europa habría extraordinarias bellezas pero esta era, simplemente, subliminal… distinta, pero hermosa.
Me puse sumamente nervioso, incluso temblaba; me tallé los ojos varias veces porque no podía creerlo, quería estar seguro de que fuera ella.
Esos pensamientos que me asaltan de pronto, de los que antes les hablé, comenzaron a agolparse brutalmente en mi cabeza… en una fracción de segundo imaginé, casi viví, todo lo que podríamos hacer juntos… no podía esperar a probar lo que se sentía estar dentro de ella.
Quería tocarla, acariciarla, dar rienda suelta a mis instintos.
No sé si fue mi imaginación pero estoy seguro de que ella me decía: ven, tómame. Y efectivamente, me atraía como un imán.
Me acerqué cuidadoso y nos miramos en silencio por largo rato. Yo no salía de mi asombro… estábamos en pleno aeropuerto y no estaba muy seguro de que ahí podríamos hacer aquello que yo quería hacer… pero estaba dispuesto a arriesgarlo todo.
Por fin, cuando estuve a su lado, pude comprobar que Dios existe… era ella, era real: UNA PERFECTA Y HERMOSA ZONA PARA FUMADORES… con sus ceniceros de aluminio, bien bonitos, y sus lindas paredes de mica transparente, para que todo mundo te vea tu cara de "pinches vuelos para no fumadores" y que todos sepan que eres un vicioso.
Así que entré y todo lo demás podrán imaginárselo.
Me declaro fumador empedernido y sí sé que tengo un problema con el cigarro, el problema es que se acaba bien rápido... 15 fumadas y ya.
Y como dice la bruja, si hay más enfermos de diabetes que de efisema, por qué no prohíben el consumo de refresco en lugares públicos... a ver??
No había dicho nada porque, hasta cierto punto, me da un poco de vergüenza hablar de algunos pensamiento que tengo en ciertas ocasiones, como esta… por supuesto, a La Bruja no le comenté nada, hasta ahora que lo confieso en estas líneas.
A veces creo que tengo un problema con ello, porque siempre están ahí esos pensamientos y muchas veces me han llevado a hacer cosas inverosímiles y casi desastrosas… las debilidades del hombre son su peor enemigo.
Resulta que al bajar del avión que nos traía de México, y buscando la dichosa puerta para subirnos al otro, caminamos por el aeropuerto durante varios minutos, cuando de pronto…
La vi. Estaba ahí, esplendorosa. Quedé paralizado, estupefacto… yo sabía que en Europa habría extraordinarias bellezas pero esta era, simplemente, subliminal… distinta, pero hermosa.
Me puse sumamente nervioso, incluso temblaba; me tallé los ojos varias veces porque no podía creerlo, quería estar seguro de que fuera ella.
Esos pensamientos que me asaltan de pronto, de los que antes les hablé, comenzaron a agolparse brutalmente en mi cabeza… en una fracción de segundo imaginé, casi viví, todo lo que podríamos hacer juntos… no podía esperar a probar lo que se sentía estar dentro de ella.
Quería tocarla, acariciarla, dar rienda suelta a mis instintos.
No sé si fue mi imaginación pero estoy seguro de que ella me decía: ven, tómame. Y efectivamente, me atraía como un imán.
Me acerqué cuidadoso y nos miramos en silencio por largo rato. Yo no salía de mi asombro… estábamos en pleno aeropuerto y no estaba muy seguro de que ahí podríamos hacer aquello que yo quería hacer… pero estaba dispuesto a arriesgarlo todo.
Por fin, cuando estuve a su lado, pude comprobar que Dios existe… era ella, era real: UNA PERFECTA Y HERMOSA ZONA PARA FUMADORES… con sus ceniceros de aluminio, bien bonitos, y sus lindas paredes de mica transparente, para que todo mundo te vea tu cara de "pinches vuelos para no fumadores" y que todos sepan que eres un vicioso.
Así que entré y todo lo demás podrán imaginárselo.
Me declaro fumador empedernido y sí sé que tengo un problema con el cigarro, el problema es que se acaba bien rápido... 15 fumadas y ya.
Y como dice la bruja, si hay más enfermos de diabetes que de efisema, por qué no prohíben el consumo de refresco en lugares públicos... a ver??
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