1 de julio de 2008

Que conste...

Cuando Jeremy nació, hace casi 6 años, Almita y yo compramos un diario quesque para que escribiéramos todos los días el progreso del mijo... pronto descubrimos que o le escribíamos o lo correteábamos, y se nos fue olvidando llenarlo... sin embargo, como pudimos, nos las arreglamos no solo para verlo crecer y seguirlo correteando, sino para guardar aquellas cosas y detalles en los que ha dejado su huella y que espero en unos años él aprecie como un cúmulo de recuerdos de su infancia. Incluso, este bló será, supongo, parte de eso.

Hoy, para fortuna de sus insufribles mises, terminó su ¿educación? preescolar y aquí dejamos constancia. Ya si después quiere vender chicles o limpiar vidrios yo qué, ya cumplí.



La cara de menso es gratis.



1 comentario:

Zazenpan dijo...

Esa idea del diario es muy buena, para tener recuerdos recomiendo una grabadora(a los niños les encanta escuchar su voz y de grandes les encanta escucharse patéticos) y un álbum de los trabajos que hizo en preescolar.

Saludos.