Día cuatro (post atrasado porque o dormía o escribía):

Nada espectacular, aunque sí estuvo intersante una de las charlas con una mujer que dice que es bien pirinola para eso del internet... pero eso que lo cuente ese que se cree que sabe, yo nomás soy su otro yo y no estoy para esas chingaderas.

En otro orden de ideas (ay, wey, que mamerto), debo reconocer que si nosotros tenemos las enchiladas, los tacos de suadero hechos en la calle y el pozole de puercote, los gallegos se rifan también con la comida: excelentes mariscos (no homosexuales, nacos, sino comida del mar), buena carne y buen vino.

Honestamente no sé si eso es lo que los distingue, pero fue lo que comí y fue lo que me gustó, y como lo comí en Galicia pues digo que los gallegos se rifan con la comida...

Ya compré las pilas, pero no saqué fotos, aunque me daban ganas de tomarle una al ticket que decía: cuatro miserables pilas CINCO EUROS CON CINCUENTA CENTAVOS!!! O sea, como 93 pesos, o sea, como a 23.25 pesos cada pila, o sea, como bien pinches caras las pilas, no?

Desventajas del subdesarrollo...

También compré un cinturón, porque la bruja un día me manda a trabajar con los calcetines rotos y otros días me manda a España sin cinturón y nimodos de andar enseñando los calzones tan lejos.

Pero bueno, les decía que nada espectacular, más allá del susto que me dio el Jeremias... qué poder tendrá este pitufo que estando yo a 12 mil pinche mil kilómetros de distancia me da problemas???

Estando en el dichoso curso estaba yo bien atento (ajá, sí) cuando de repente me sacó de mi apendejamiento un profe español que dijo algo así como: ..."es igual de grave que el caso de Jeremy Vargas..."

Uta madre, pensé, ahora que hizo este muchacho?

Me dio pena preguntar, la neta... capaz que por su culpa ni diploma me dan y hasta me expulsan del país... pero poco a poco se fue develando el misterio...

Resulta que un niño español, homónimo de esta cruz que cargo porque algo bien malo he de haber hecho, desapareció mientras jugaba con sus primos... el asunto venía a cuento porque su familia no tenía recursos para hacer una campaña en internet para buscarlo, como sí lo hicieron los padres de Madeleine porque ellos sí tienen billetes...

Y algún cursante con problemas de autoestima decía que eso era el mismísimo ejemplo de que el internet fomenta la desigualdad social y el dominio del capitalismo voraz y ojete, además de reforzar el imperialismo, neoliberalismo y todo lo que temine en ismo, hasta el machismo y feminismo, que chingaos ... don´t mame...

...

Me gusta estar en España (nomás he estado dos veces), pero aquí me late más acordarme de esta canción pa la bruja, pos porque como que estando acá sabe más rico...